Todo esto crea psicosis en las comunidades”, relata a la fundación ACN una persona que tiene contacto directo con la Iglesia local.
También el trabajo pastoral se está viendo afectado por la situación de violencia y los ataques yihadistas: “La movilidad es muy limitada. Antes, los sacerdotes pasaban la noche en las aldeas. Hoy, ya no es posible”, confirma la misma fuente.
Los yihadistas quieren imponer la Sharia
“Los yihadistas actúan en nombre de la religión. Todo aquel que no se adhiere a su ideología, sufre. Por eso hay tantos desplazados”, explica el contacto de ACN. Si bien el conflicto no sería puramente religioso, “no se puede negar que tiene que ver con la religión” ya que “el deseo de imponer la ley islámica Sharia muestra que los yihadistas, especialmente los Katiba Macina, están trabajando por la expansión de un islam radical, que muchos musulmanes tampoco comparten” afirma la misma fuente.
El grupo yihadista Katiba Macina está vinculado a Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) y opera en el centro de Mali.
El drama de los refugiados
Según los últimos datos de la UNHCR, el número de desplazados internos a finales de septiembre de 2021 habrían superado los 400.000. Sólo en la primera mitad de este año, casi 90.000 personas habrían tenido que huir de sus hogares. Los desplazados son musulmanes y cristianos, pero el número de musulmanes es más numeroso ya que casi el 90% (88,7) de la población de Mali es musulmana.
La Iglesia católica, a menudo impotente ante el alcance del drama humano y la falta de medios, intenta paliar la necesidad de todos, cristianos, musulmanes y seguidores de las religiones ancestrales. Con la ayuda de la fundación ACN, ha comenzado un proyecto de asistencia, ayuda alimentaria y atención médica a desplazados y familias vulnerables en doce localidades de la región de Segou.