La realidad de quienes sirven a los fieles en esos lugares es dura e incierta. De hecho, según explicaron desde ACN, los sacerdotes que salen de su aldea para evangelizar se confiesan antes de salir, porque no saben si volverán con vida. Uno de esos sacerdotes sostenido por ACN es P. Wenceslao Belén, sacerdote diocesano y administrador de la diócesis de Ouahigouya (Burkina Faso), una de las regiones más afectadas por los ataques yihadistas en este país.
Ha tenido que hacer frente a la atención de miles de desplazados que han huido de la violencia terrorista, principalmente procedentes de la zona de Dablo, que desde 2019 ha sido tomada por milicianos afiliados a Al Qaeda. "La violencia terrorista ha provocado el desplazamiento de 1,4 millones de personas", aseguró el P. Belén.
En su diócesis ACN sostiene la labor de la Iglesia, que está socorriendo a los desplazados, "estamos dedicados a la oración y a atender a los desplazados, sin distinción. La Iglesia también ha sido golpeada, muchos cristianos han huido de sus hogares y también viven como desplazados internos. Pero ayudamos a todos y perdonamos”.
Burkina Faso se ha convertido en el país con mayor expansión del yihadismo, ya que más del 60% del territorio está controlado por estos terroristas, y los sacerdotes siguen sin miedo entregando su vida para la evangelización.