Haití es el país más pobre de Iberoamérica y uno de los menos desarrollados del mundo. La violencia, la delincuencia, las catástrofes naturales, los disturbios políticos, la pobreza, el hambre... este país se ve afectado por prácticamente todas las desgracias.
2021 también fue un año turbulento. A principios de julio, el presidente Jovenel Moïse fue asesinado, y apenas un mes después, un fuerte terremoto sacudió el país debilitado por los conflictos políticos. A ello cabe añadir las sequías y la escasez de agua, que afectan especialmente a la población rural.
En este difícil entorno, las Hermanitas de Santa Teresa del Niño Jesús, la primera congregación nativa de religiosas fundada en Haití (en 1948), están al lado de la población que sufre. Entretanto, estas religiosas están presentes en casi todas las diócesis haitianas, donde ayudan sobre todo a los pobres de las zonas rurales subdesarrolladas. Este año también fue especialmente difícil para ellas, ya que cuatro de sus conventos resultaron dañados por el terremoto.