Mientras muchas ONG abandonan las zonas de peligro, la Iglesia católica y sus instituciones -con las que ACN Internacional colabora estrechamente- son las únicas alternativas fiables para hacer llegar la ayuda a la gente necesitada.
Los representantes de la Iglesia piden a Occidente que ayude con el suministro de ayuda, pero también de otra manera: “Hay que cambiar el discurso, no se puede seguir la narrativa del gobierno de Nigeria”, dice el P. Remigius Ihyula, también de la diócesis de Makurdi. “Han colocado a protegidos en las embajadas de todo el mundo, para que estos difundan la mentira de que no pasa nada”, se queja durante el seminario organizado por ACN.
El P. Joseph Fidelis de la diócesis de Maiduguri explicó que es irritante oír hablar de “enfrentamientos” o “conflictos” entre grupos opuestos. “No es un enfrentamiento, es un lento genocidio. Desplazar a las personas de sus tierras ancestral, privarlas de sus medios de vida y masacrarlas es una forma de genocidio”.
Nigeria es el país más poblado de África. No hay cifras oficiales, pero se estima que en este país hay tantos musulmanes como cristianos: los primeros dominan en el norte y los segundos, en el sur. La violencia se ha extendido por todo el país, amenazando la estabilidad en toda la nación.