Allí, la radio es el medio de comunicación más importante. Eso ya era el caso antes de la crisis, pues la mayoría de la gente no sabe leer ni escribir, y los que saben leer rara vez tienen acceso a libros, ya que son demasiado caros y difíciles de conseguir. La región es la segunda más pobre del país, y la renta media por persona oscila entre apenas 60 y 65 dólares. La ayuda al desarrollo, la educación, la labor de reconciliación, el asesoramiento médico, la comunicación entre los distintos lugares... todo se hace a través de la radio. Pero ahora, con muchas escuelas y parroquias cerradas debido a la escalada de violencia, la radio desempeña un papel aún más importante en la vida de la gente. Además, está la pandemia.
Por ello, ochocientas familias católicas desplazadas por los ataques yihadistas están ahora muy contentas por disponer de una radio, una lámpara solar y una memoria USB en la que están guardadas las unidades de catequesis y las lecciones para los niños en edad escolar. Estas familias lo han perdido todo y han quedado apartadas de la vida de Iglesia y del acceso a la escolarización. Con 24.000 euros -a saber, 30 euros por familia- les habéis ayudado mucho, pues, gracias a vuestra ayuda, ya no están aisladas de la Iglesia y la escuela.
Desde aquí, un cordial “que Dios os lo pague” a todos los que han contribuido a ello.