Etiopía: los conflictos en Tigray amenazan con una gran hambruna en la región
(Fides) Mientras los ojos del mundo están puestos en Afganistán, en el Cuerno de África se desarrolla un drama silencioso. La guerra que estalló en la región de Tigray en noviembre de 2020 se ha extendido más allá de las fronteras de la provincia en el norte de Etiopía y ha llegado a otras regiones del país, lo que ha agravado aún más la dramática situación de la población civil.
Según la ONU, "sólo una fracción de la ayuda humanitaria necesaria para satisfacer las crecientes necesidades" está llegando a la provincia de Tigray, donde la situación "sigue siendo impredecible y volátil.
Unos 2,3 millones de niños se han visto privados de asistencia humanitaria. Desde el inicio del conflicto, el gobierno federal etíope controla el acceso a la región de Tigray (donde los rebeldes luchan por su independencia). La ayuda que se neceista enviar incluye "alimentos, incluidos alimentos terapéuticos listos para usar para el tratamiento de la desnutrición infantil, medicamentos, agua, combustible y otros elementos esenciales que se están agotando", dijo UNICEF.
Queremos hablar de paz y de reconciliación
Hace unos días la Conferencia Episcopal Etíope señalaba: “Nos entristece oír hablar de guerra, mientras que todos quisiéramos oír hablar de paz y reconciliación”.
“El horror de la guerra no es un remedio para los males ni una solución para la crisis. La guerra conlleva un sufrimiento indecible y el precio que pagan los inocentes es incalculable”, dicen los obispos. “Nunca es demasiado tarde para detener la violencia, el único camino para avanzar, por el bien de la gente, es la paz y la reconciliación, cumplir con las exigencias de la verdad y la justicia, pedir y conceder el perdón, restablecer la confianza mutua, reconocer a los demás como nuestros hermanos y hermanas, sin importar quiénes sean y cuán profundos sean nuestros desacuerdos, y resolver cualquier diferencia a través del diálogo y la negociación”.
Las numerosas víctimas civiles, los desplazados y el sufrimiento de la población de la zona están al centro de la atención de la Conferencia Episcopal. “Como pastores, no podemos dejar de sentir la angustia y el dolor que atraviesa la gente. Nos identificamos con ellos y su angustia es nuestra angustia”. Además los obispos hacen un llamado urgente a las autoridades sobre el terreno para que permitan el acceso sin restricciones a la ayuda humanitaria.
Más de 400.000 personas en Tigray pasan hambre, mientras que unos 4 millones de personas entre los estados de Tigray, Amhara y Afar (donde el conflicto se ha extendido recientemente) necesitan algún tipo de ayuda alimentaria.