Esta mañana se dio inicio al XVII Congreso Católicos y Vida Pública una instancia desarrollada por la Universidad Santo Tomás para difundir a través del testimonio directo la participación del del católico en el desempeño de sus labores cotidianas. A través de los años, junto a ellos y los muchos testimonios que han participado, hemos aprendido a ser católicos en nuestro trabajo, en la familia, con los amigos, en el deporte, en los momentos buenos y también cuando la vida nos golpea.
Este año 2021, precisamente buscando impactar en la sociedad chilena remecida por muchas circunstancias, pensaron en la esperanza como el gran tema.
Y es así que congregaron a distintas instituciones, entre ellas a Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN) para dar forma -a través de las vivencias de sus protagonistas- qué significa tener y vivir la esperanza.
El Congreso fue abierto por el nuncio apostólico en Chile, monseñor Ortega, quien -con su experiencia en países golpeados por el dolor- nos remitió a esa plaza vacía de San Pedro en Roma el 2020. Allí, en esa oportunidad, el Santo Padre nos llamó a nunca sentirnos solos y a descubrir la presencia de Dios a nuestro lado. Pero sobre todo a descubrir que al vivir cada uno en lo particular la esperanza ayudamos a dar esperanza a otros.
es un bien para todos
Monseñor también recordó las palabras del papa Francisco con motivo de la celebración de los 50 años de Santa Teresa como doctora de la Iglesia. Allí habló de la oración como una forma de abrirnos a la esperanza: " vivimos, como ella, tiempos recios que necesitan amigos fuertes de Dios, necesitamos dejar atrás el pesimismo infecundo que no da vida, en cambio con la oración palpamos a Dios cerca nuestro y vemos que la historia no se ha escapado de sus manos. El no deja de caminar a nuestro lado y conducirnos a la meta, la vida eterna. Junto a El somos capaces de alcanzar cualquier reto".
Les invito -concluyó- a tener animo para hacer cosas grandes y que abrazando al Señor, viviendo la fe, seremos testigos de esperanza y construiremos una sociedad para el bien de todos.
Esa misma esperanza que nos transmitió el nuncio la comenzamos a ver en las distintas ponencias y mesas del congreso.