¿Cómo percibe el estado de ánimo de la población india?
Desde hace algunos años, nuestro país se enfrenta cada vez más a tendencias de división provocadas por ambiciones políticas. Las violaciones de los derechos humanos básicos, la polarización religiosa y la cuestión de la lealtad al Estado se han convertido en herramientas en manos de los gobernantes para dividir al pueblo.
La pandemia nos enseña que debemos luchar juntos si queremos sobrevivir. El poder político, la seguridad económica, la salud física: todas estas cosas pasan y no son permanentes. Lo que cuenta es la caridad, la fraternidad y la compasión, valores que vivió la Santa Madre Teresa de Calcuta. Cada vez más personas en la India reconocen este aspecto.
¿Se valora el compromiso de la Iglesia en un país que se define a sí mismo como una nación hindú?
En todas las situaciones de crisis que nuestro país ha afrontado hasta ahora, la Iglesia en India ha actuado por iniciativa propia. Sacerdotes, religiosos y otros colaboradores de la Iglesia han estado al frente de las labores de ayuda y reconstrucción. Las instituciones eclesiásticas, como los hospitales y las estaciones de asistencia médica, han sido reconocidas por el Estado. Sin embargo, a veces se recela de que la Iglesia intente convertir a la gente a través de su trabajo. Estos críticos no entienden la actitud de Cristo, que dijo: «cuanto hagáis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí me lo hicisteis».
¿Hay algo que le anime en la crisis actual?
La pandemia ha vuelto a unir más a los indios. En Bhopal y en otros lugares, la gente se ha juntado para proporcionar alimentos, alojamiento, ayuda médica y más cosas. Aunque la Iglesia católica es una pequeña minoría, hemos estado ahí desde el principio. Nuestras parroquias han distribuido paquetes de alimentos, máscaras protectoras y