A medida que se intensifica la represión militar en Myanmar, en medio de informes de soldados irrumpiendo en una casa familiar y matando a una niña de siete años, el líder de los católicos del país ha pedido a los manifestantes que no recurran a la violencia.
En una carta dirigida a los manifestantes publicada ayer (miércoles 24 de marzo), el cardenal Charles Bo hizo una súplica apasionada, rogándoles que se mantuvieran en el camino de la paz. El cardenal, admitiendo que ha habido “violencia brutal contra el pueblo que hace cada vez más imposible las reuniones pacíficas”, el cardenal pidió a los opositores al golpe militar que se moderen.
En la carta, una copia de la cual fue enviada a la organización benéfica católica Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN), escribió: “Con el corazón roto y frustrado por la violencia que enfrenta y por el creciente número de muertos, se pregunta si la lucha armada puede ser la mejor respuesta a la represión y brutalidad diaria que enfrenta.
“Reconozco su dolor, ira y trauma. “Sin embargo, les advierto que no sigan el camino de la lucha violenta y les pido que se mantengan decididos y disciplinados en la no violencia. "Su impresionante movimiento ha ganado atención, solidaridad, admiración y apoyo en todo el mundo debido a su naturaleza pacífica hasta ahora".
En una conferencia de prensa en la capital de Myanmar, Naypyidaw, el martes (23 de marzo), el portavoz militar general de brigada Zaw Min Tun declaró que 164 manifestantes habían sido asesinados. Pero las cifras, publicadas por la Asociación de Asistencia a Presos Políticos de Myanmar ese mismo día, indican que al menos 275 han muerto. Esta cifra incluía a Khin Myo Chit, de siete años, que fue asesinada ese mismo día. Según los informes, estaba sentada en el regazo de su padre cuando los soldados abrieron fuego en su casa en el municipio de Chan Mya Thazi en Mandalay. Según los informes, al menos 20 niños murieron, incluido el adolescente Tun Tun Aung, que fue asesinado a tiros por militares el lunes (22 de marzo). El cardenal Bo continuó:
“Todas las tradiciones religiosas se adhieren a la no violencia porque toda violencia es