ganado y algunos de ellos incluso han formado milicias. De hecho, algunos fulani se han unido en bandas criminales con los grupos cristianos locales y están aterrorizando tanto a los fulani como a las etnias locales. Por lo tanto, la mayor parte de lo que está sucediendo tiene más que ver con la criminalidad y con el conflicto por los recursos.
Hay alrededor de 20 a 25 millones de habitantes de la etnia fulani, presentes a lo largo y ancho de todo el Sahel y África Occidental. Algunas fuentes hablan incluso de unos 40 millones... ¿No corremos el peligro de estigmatizar a todo un pueblo, a toda una comunidad?
Es cierto que tenemos más de 40 millones de fulanis repartidos por el Sahel y que, históricamente, siempre han tenido malentendidos con sus vecinos, los campesinos. Sin embargo, tales disputas siempre se han resuelto utilizando mecanismos locales para la resolución de conflictos. Estos conflictos han aumentado en número y gravedad en los últimos años, no solo en Nigeria sino también en otros países como, por ejemplo, Malí, Níger, Burkina Faso, Ghana, Camerún, Chad, etc. Algunos de estos países son predominantemente musulmanes como, por ejemplo, Níger y Malí, y también ellos han registrado un gran repunte del conflicto en sus propias comunidades entre pastores y grupos locales.
Algunos piensan que el conflicto se ha convertido en un genocidio perpetrado por los yihadistas financiados desde fuera contra los cristianos del norte, donde son minoría. ¿Qué piensa usted de esta hipótesis? ¿Se han radicalizado los fulani y han sido sus grupos infiltrados por yihadistas islámicos?
El conflicto en el Cinturón Medio puede parecer un conflicto religioso porque se da entre los pastores, que son predominantemente musulmanes, y los agricultores, que son predominantemente cristianos. Sin embargo, es más bien un conflicto de recursos que un conflicto religioso. Es sólo la línea divisoria religiosa la que hace que parezca un conflicto religioso. Sin embargo, es un conflicto basado en los recursos de la tierra y el agua para la agricultura, el pastoreo, etc. Se corre peligro de estigmatizar a los fulani cuando a todos ellos se les califica de yihadistas por las malas acciones de unos pocos, pues la mayoría de ellos son personas muy buenas, pacíficas y trabajadoras.
Es cierto que muchas personas han muerto como resultado de estas atrocidades. También se dice que los yihadistas o mercenarios de otros países, especialmente de Malí, son responsables de algunas de las atrocidades cometidas en el norte. Sin embargo, sería un error afirmar que las atrocidades solo se dirigen contra los cristianos, esto no solo es erróneo sino despiadado. Los musulmanes han sufrido estos ataques al igual que los cristianos. Así, estados como Zamfara, Yobe y Katsina, donde el 90% es musulmán, sufren a causa de esos bandidos. Incluso Katsina, el estado de origen del presidente, donde más de un 95% es musulmán no se ha librado. De hecho, el pueblo del presidente ha sido atacado y varios pueblos han sido incendiados por completo. También en Kaduna, tanto los cristianos como los musulmanes han sufrido por igual. Según he sabido, la gente apenas puede cultivar sus campos en Zaria, en Kaduna, debido a las actividades de los bandidos y allí la mayoría de la gente es musulmana.
¿Qué hay de las cifras? Algunas fuentes hablan de mil personas asesinadas, ¿tiene usted cifras de las víctimas?
Solo se puede conjeturar. Diferentes grupos y ONG, tanto locales como extranjeras, presentan cifras distintas. Sin embargo, se calcula que más de 20.000 personas han muerto hasta ahora en el norte de Nigeria como resultado de actividades terroristas. En el norte de la región central, más de mil han sido asesinadas en los últimos cinco años. Sin embargo, los informes no son objetivos porque los diferentes grupos inflan sus cifras para atraer la simpatía tanto local como internacional. Además, a veces, los bandidos van vestidos como soldados cuando llevan a cabo ataques. Debido a todos estos factores, siempre hay acusaciones y contraacusaciones entre los fulani y los grupos locales, entre cristianos y musulmanes, o entre agricultores y pastores, hasta el punto de que los hechos no quedan claros.
¿Y qué pasa con los refugiados? Los obispos escriben: “Las víctimas de estos criminales permanecen atrapadas en los campos como refugiados, viviendo y muriendo en la pobreza y la enfermedad”. ¿Tiene usted cifras sobre la dimensión real de esta tragedia?
Hasta ahora hay unos 2,5 millones de desplazados en el noreste de Nigeria, 680.000 refugiados en Camerún y más de 294.000 en Chad y Níger. Por lo tanto, las cifras son elevadas y no se limitan solo a Nigeria porque el conflicto causado por Boko Haram afecta también a otros países como Chad, Malí, Níger y Camerún. La vida en ellos es muy dura y también son vulnerables al hambre y los abusos. Sin embargo, algunos de ellos, especialmente en la región central septentrional, han regresado a sus comunidades ya que el conflicto en esa región ha disminuido realmente, salvo por el bandidaje y los secuestros.
¿Qué puede y debe hacer el resto del mundo para ayudar a Nigeria en esta situación desesperada?
Creo que la mejor manera en que la comunidad internacional puede ayudar a Nigeria es en el ámbito de la seguridad, pues las fuerzas de seguridad no dan abasto con los problemas de seguridad que afronta Nigeria. Las fuerzas de seguridad necesitan más y mejores equipamientos, equipos de comunicación, medios de transporte, etc. Además, el Gobierno debe aumentar la asignación presupuestaria de esas fuerzas, incrementar el reclutamiento y también mejorar su bienestar para levantarles la moral.