ACN.- El arzobispo de Mosul, en el norte de Irak, Mons. Michaeel Najeeb Moussa, acaba de ser nominado al Premio Sájarov 2020, galardón que el Parlamento Europeo concede cada año a personalidades o colectivos que defienden los derechos humanos y las libertades fundamentales. El ganador del año pasado fue Ilham Tohti, un economista uigur que lucha por los derechos de esta minoría en China.
Como explica el comunicado oficial de la UE el prelado favoreció “la evacuación de cristianos, sirios, caldeos hacia el Kurdistán iraquí y salvó más de 800 manuscritos históricos, que van desde el siglo XIII al XIX. Estos manuscritos fueron digitalizados posteriormente y expuestos al público en exposiciones en Francia e Italia. Desde 1990 ha contribuido a la conservación de más de 8.000 volúmenes y 35.000 documentos de la Iglesia de Oriente”.
Un “reconocimiento no a título personal, sino para todo Irak” y sobre todo para quienes “sufren o han sufrido” en estos años de guerras y violencia yihadista, combinado con la puesta en valor “de un patrimonio en peligro de extinción”, ha manifestado Mons. Moussa a la agencia AsiaNews.
Para el prelado es importante recordar, una vez más, el enorme peligro al que se enfrenta el país y el mundo entero “ante la amenaza del Estado Islámico” porque “un pueblo sin herencia hereditaria es un pueblo muerto”. Nacido en Mosul, monseñor Moussa ante el avance de las milicias califales se vio obligado a huir primero a la llanura de Nínive, luego al Kurdistán iraquí.
En el pasado, el prelado -que pertenece a la Orden Dominicana- había supervisado la preservación y digitalización de más de 800 manuscritos antiguos en arameo, árabe y otros idiomas, miles de libros y cartas centenarias. Y fue precisamente su tenacidad para salvar este patrimonio cultural de la locura yihadista, lo que le valió la nominación al premio Sájarov de la UE, junto a la oposición bielorrusa, un grupo de defensa de los derechos LGBTI en Polonia y el movimiento ecologista Guapinol.