la fundación ACN, Thomas Heine-Geldern. Además aseguró que la subvención llegará a muchas personas lo antes posible y antes de que la pandemia se extienda aún más por el país.
El plan de emergencia de la fundación pontifica está subdividido en siete proyectos repartidos por puntos geográficos. Entre los beneficiarios se cuentan personas de ciudades destruidas por la guerra, como 6.190 familias de Alepo, 7.680 de Homs y 400 familias de Al-Hassakeh y Al-Qamishli, en el noreste de Siria, en la zona de la contienda bélica actual.
“Creemos que este nuevo programa de emergencia es una señal importante de aliento para nuestros hermanos y hermanas y les brinda no solo apoyo financiero sino también consuelo ”, asegura Heine-Geldern. El presidente internacional de la fundación sostiene que las personas en Siria están exhaustas debido a la guerra y las sanciones económicas y ahora también deben enfrentarse a un nuevo enemigo: el Covid-19.
Actualmente, la fundación apoya más de cien proyectos, pequeños y grandes, en Siria. Algunos se ven limitados debido a la pandemia, pero muchos continúan, como el proyecto «Gota de leche», que proporciona leche para cientos de niños pequeños y bebés.
Según la ACN, en estos nueve años de guerra civil los cristianos sirios han sufrido mucho. Si bien antes de 2011, los actos de discriminación a los cristianos eran raros y la emigración muy limitada, actualmente, los cristianos se sienten ciudadanos de segunda clase, abandonados por el gobierno y discriminados por los demás ciudadanos.
La fundación pontificia que desde hace años opera en el país explica que durante el conflicto, las propiedades de los cristianos fueron destruidas, saqueadas o vendidas muy por debajo del precio real y muchos han perdido su trabajo. A esta situación se suma las dificultades para hacer llegar la ayuda financiera debido a las sanciones, el cierre de fronteras y la caída del sistema bancario del vecino Líbano por la crisis político-social y la pandemia.