La Diócesis de Pyongyang, en la capital de Corea del Norte, será consagrada a Nuestra Señora de Fátima, anunció el 25 de junio el Cardenal Andrew Yeom Soo-jung, Arzobispo de Seúl, en una ceremonia de conmemoración del comienzo de la Guerra de Corea hace exactamente setenta años, y en un momento en el que vuelve a aumentar la tensión en la península.
Mons. Yeom Soo-jung se refirió en dicha ocasión a la importancia de la paz y la concordia en la península de Corea, y recordó a los aproximadamente tres millones de muertos por la guerra que estalló el 25 de junio de 1950, así como la tragedia de los refugiados, el drama de las familias separadas y la persecución de los cristianos por el régimen norcoreano.
El anuncio de la consagración de la diócesis de Pyongyang fue el momento más significativo de la celebración eucarística en la catedral de Myeongdong en Seúl, donde este año se rezó por la reconciliación del pueblo coreano.
Este aniversario llega en un momento de especial tensión, ya que los responsables del régimen norcoreano han cortado todos los canales de comunicación con el sur, y el 16 de junio volaron, en Kaesong, el edificio que servía de oficina de enlace entre las delegaciones de ambos países.
De hecho, ambos países siguen estando técnicamente en guerra y existe una amenaza constante por parte del régimen de Pyongyang de desarrollar nuevas armas de destrucción masiva.
El aumento de la tensión de las últimas semanas aviva el riesgo de un enfrentamiento militar directo, y supone un profundo retroceso en el camino hacia la reconciliación iniciado en los últimos años entre ambos países, proceso que culminó con la Declaración de Panmunjom en abril de 2018 del presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, y del líder de Corea del Norte, Kim Jong-un.
La Iglesia Católica ha estado particularmente comprometida con el proceso de paz en la