1960 se conoce como el Año de África porque diecisiete países africanos alcanzaron la
independencia de países europeos en ese año: catorce de Francia, dos de Gran Bretaña y
uno de Bélgica. Camerún logró la independencia el primer día del año, le siguieron Togo,
Madagascar, Somalia y la República Democrática del Congo. Agosto marca el aniversario
de nueve de los países: Benín, Níger, Burkina Faso, Costa de Marfil, República
Centroafricana, Congo Brazzaville, Gabón y Senegal. Tres más se unirían después: Mali,
Nigeria y Mauritania.
Muchos expertos opinan que no es una ocasión para celebrar sino para reflexionar, y
para ello la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia que Sufre entrevista al padre Apollinaire
Cibaka Cikongo, sacerdote congoleño y profesor decano en la Universidad Oficial de
Mbujimayi, presidente de Proyecto Ditunga y autor de una treintena de libros y artículos
de teología, ensayos sociales y literatura.
Maria Lozano realizó la entrevista al padre Apollinaire quien habla un perfecto castellano ya que tuvo la oportunidad de profundizar sus estudios en España.
ACN: Después de 60 años, África sigue sufriendo enormes conflictos. De hecho, usted
comentó recientemente que son 60 años de fracaso que han hecho de África el
continente de la violencia. ¿No es muy duro este análisis?
Apollinaire Cibaka: No, es la verdad. La configuración actual del África negra no es fruto
de una dinámica positiva, sino de una dinámica de violencia causada por la conquista
occidental de África: la trata de esclavos negros, la colonización, las falsas
independencias, la guerra fría, las dictaduras y las aparentes democracias. Activada
tanto desde dentro como desde fuera, esta violencia es constitutiva del África negra, de
modo que es una entidad geopolítica construida sobre la violencia, que sufre la violencia
y que vive de la violencia.