En este momento de pandemia, la Iglesia se está movilizando por aquellos que sufren. En todo el mundo, las congregaciones de religiosas y sacerdotes cuidan a los enfermos en consultorios, acompañan y reconfortan a las familias que han perdido seres queridos o tienen personas enfermas.
¿Cómo no preocuparnos por el destino de los más vulnerables, especialmente los refugiados?
En el Líbano, decenas de miles de familias sirias están en riesgo. ¡Viven en una situación muy precaria, en campamentos donde, desde julio de 2019, a pedido de las autoridades libanesas, todas las construcciones permanentes han sido demolidas! Estas personas apátridas tuvieron que huir de su país en guerra para salvar sus vidas. Pero sin trabajo, sin dinero, sin ayuda externa, es imposible comer, encontrar alojamiento y menos aún cuidar de sí mismos.
Como una institución en la que los más frágiles saben que pueden encontrar consuelo, la Iglesia libanesa se esfuerza por ayudar, además de a su propia gente, a los refugiados, a través de sus diferentes congregaciones. Entre las iniciativas humanitarias implementadas, se encuentra el programa de distribución de comidas de emergencia de la arquidiócesis greco-católica de Zahlé, cerca de la frontera con Siria: "La Mesa de San Juan Misericordioso".
Su misión es proporcionar a los refugiados y a las personas locales vulnerables, de todas las religiones, una comida equilibrada, así como un lugar para la vida comunitaria, para promover la convivencia y la integración.
Desde 2016 hemos apoyado a la Arquidiócesis de Zahlé. Este año nos comprometimos con el Arzobispo Mons. John Darwish para financiar la distribución de 500 comidas al día. Así es como se puede materializar tu generosidad: