de seres queridos – escriben -. Pero ha tocado también las fibras sensibles de la humanidad, lanzándonos de repente a una mayor claridad de la conciencia respecto a nuestra condición de seres solidarios: nadie —rico o pobre— está exento de peligro. Todos nos necesitamos. En todo el mundo han abundado, gracias a Dios, las muestras de amor al prójimo, y nuestro querido país no es la excepción”.
Los Obispos, por lo tanto, agradecen a los fieles por su colaboración en favor de los más desfavorecidos, y a los sacerdotes y trabajadores pastorales por la creatividad con la que continúan estando cerca de los fieles, a través de diferentes medios y formas. Luego, aseguran que la Iglesia continuará llevando a cabo su ministerio de asistencia a los enfermos, los pobres, los ancianos y los privados de libertad.
“Sin duda alguna, los grandes héroes en la presente circunstancia son todas aquellas personas que con su servicio se exponen a ser contagiados: Profesionales de la salud, Personal de limpieza, Proveedores de alimentos, Policía Nacional, Organismos Castrenses, Periodistas, entre otros. A ellos mostramos nuestra admiración y hacemos firme promesa de oración”.
En esta situación de aislamiento social, los obispos invitan a las familias a
“fortalecer desde sus hogares la Iglesia doméstica, amar al prójimo quedándose en casa y ser creativos en la dinámica de la transmisión de la fe y los demás valores”, además de seguir los estudios de los niños, que pueden continuar en muchos casos gracias a las herramientas digitales.
Los obispos dominicanos finalmente alientan "a ser más estrictos en la observancia de las disposiciones sobre el distanciamiento social, confinamiento en sus casas en el horario establecido, uso de guantes y mascarillas, lavarse las manos con frecuencia, desinfectar las superficies y objetos de uso común”, entre otras.