Las consecuencias de la persecución soviética de la Iglesia hasta hoy en Ucrania son muchas y notorias. Numerosos edificios eclesiales -expropiados por los comunistas- aún no han sido restituidos o se encuentran en un estado lamentable. Poco a poco se van renovando o, cuando la reparación ya no es posible o los edificios ya no existen, reconstruyendo.
La parroquia católica romana de Santa Catalina de Alejandría en Vojutychi (Ucrania occidental), ubicada en la división administrativa de Lvov, se reabrió en 1990 tras la caída del Telón de Acero. Sin embargo, fue un largo camino hasta que la iglesia pudo ser restaurada. La casa parroquial, por otro lado, estaba en tan mal estado que hubo que demolerla. Hasta el día de hoy, los sacerdotes viven en habitaciones estrechas e inadecuadas sobre la sacristía de la iglesia, ya que carecen de una vivienda propia.
Además, tampoco hay espacios apropiado para las numerosas actividades de la animada parroquia, a la que pertenecen 148 familias. Los grupos infantiles y juveniles, los monaguillos, el club de ancianos, la Legión de María, el coro parroquial y muchos otros han tenido que conformarse hasta ahora con espacios insuficientes, lo cual, a la larga, dificulta su labor.
Por todo ello, se ha tomado la decisión de construir un centro parroquial que proporcione alojamiento a los dos sacerdotes, así como espacios para los diversos grupos de la parroquia para sus actividades. Las obras ya han comenzado. Para su realización, el párroco, P. Wiktor Palczynski, nos ha pedido ayuda, y nosotros vamos a contribuir con $ 9.066.727 (10.000 euros) para que el edificio pueda ser puesto en funcionamiento pronto. ¿Nos ayudas a terminar los trabajos?