El ambiente en este país, en el que
el Islam es la religión oficial del Estado, está marcado por la intolerancia religiosa. La voz de los cristianos y otras minorías muchas veces es ignorada por la justicia. La ley de blasfemia, por ejemplo, castiga hasta con pena de muerte las presuntas críticas al Islam (sin la necesidad de ser comprobadas). El caso de Asia Bibi, quien fue absuelta hace un año
después de haber sido condenada a la muerte por esta causa, hizo que el mundo pusiera su atención en este tipo de castigos, por el que casi 200 cristianos están en prisión en ese país.
“La situación de los cristianos en Pakistán es alarmante. Viven en un estado marcado por el miedo y la inseguridad. Esta situación continúa así desde los años setenta, desde que en Pakistán la Sharía (ley islámica) sirve como fuente para la legislación. Sobre todo, musulmanes radicales instrumentalizan la controvertida ley de la blasfemia para ajustar cuentas particulares”, cuenta a ACN el Padre James Channan.
El año 2015 fue especialmente difícil para la comunidad de Lahore, al este de Pakistán. El 15 de marzo, dos atentados suicidas contra dos iglesias dejaron 14 muertos y más de 70 heridos. Luego de los atentados, una multitud linchó a dos sospechosos del ataque, hecho que fue condenado por las autoridades cristianas… Sin embargo, se les culpó de haber instigado a la violencia y
150 cristianos fueron arrestados.
A cuatro años, sigue habiendo 40 cristianos prisioneros por esta causa. La lentitud de la justicia, el trato discriminatorio, las malas condiciones de salud, marcarán tanto su vida como la de sus familias. La Comisión Católica para la Justicia y la Paz ha estado junto a ellos y ACN apoya su labor. Gracias a los fondos recibidos por la Fundación, en 2018 se pagaron asesorías legales para continuar con los casos. El director de la Comisión, el P. Emmanuel Yousaf, asiste a las audiencias de la Corte para estar con las víctimas (ya que sus familias no pueden hacerlo), se ha reunido con autoridades nacionales e internacionales para exponer sobre la falsedad de lo que se les acusa. También la Comisión que lidera apoya a las familias con el sustento que necesitan. Todo esto, gracias al financiamiento que reciben de Ayuda a la Iglesia que Sufre.