“El que no da a Dios, da muy poco”.
Estas palabras del Papa emérito Benedicto XVI se repite mucho entre los misioneros de la Misión Belén. El P. Gianpietro dice que le duele como una herida en el corazón cuando oye a alguien decir que son una obra asistencialista. “Sin duda, hacemos todo lo que podemos para ayudar a estos hermanos, pero somos una obra de evangelización. Jesús sanaba, predicaba, bendecía y permanecía con la gente, al igual que la Misión Belén. Cuando alguien viene a nuestros hogares, ya ha sido tocado por Dios, porque es muy difícil para alguien dejar la calle y las drogas por otro motivo. En estos catorce años, 1.500 personas pidieron ser bautizadas”.