Con profunda tristeza les pedimos oraciones por el padre Jhony Ramos, asesinado en su parroquia la noche del 2 de octubre. Aunque no se tienen mayores antecedentes, todo indica que el móvil fue el robo.
En un comunicado de prensa el arzobispo de Villavicencio, monseñor Oscar Urbina Ortega, lamentó el asesinato del sacerdote Jhony Ramos, párroco de Jesús de la Misericordia.
En su mensaje el prelado rechazó el hecho y pidió la conversión de quienes cegaron la vida del sacerdote.
"Elevamos al Señor oraciones para que sea acogido en la casa del Padre; pedimos por la conversión de sus asesinos y rechazamos toda forma de violencia que atente contra la vida y la dignidad de las personas".
El también presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, expresó sus condolencias a la familia y comunidad donde el sacerdote Ramos prestaba su servicio pastoral.
El padre Ramos llevaba sólo cuatro meses sirviendo en la parroquia Jesús de la Misericordia. Medios locales informan que "Lamentablemente recibimos una llamada sobre el hallazgo del señor sacerdote, una vez lo encuentra la colaboradora al interior de la casa cural. Muerto, atado de pies y manos", dijo el coronel Luis Quintero, comandante de la Policía Metropolitana de Villavicencio.
Los hechos de este suceso son materia de investigación por parte de las autoridades, sin embargo, la comunidad maneja la hipótesis de un posible robo, pues el sacerdote venía adelantando una rifa en junto con la comunidad para mejorar la parroquia.
En Colombia desde 1984 a la fecha, han asesinado a más de 100 sacerdotes, según datos entregados por la Conferencia Episcopal. Tanto impacto han tenido estas muertes que el Papa Francisco, en su visita al país en 2017 beatificó a dos sacerdotes. Ellos son monseñor Jesús Emilio Jaramillo, asesinado por el grupo guerrillero ELN en 1984, y el padre Pedro María Ramírez muerto en 1948.