Por lo que respecta a África, el Presidente de ACN está especialmente preocupado por la situación de los cristianos en Nigeria, donde los terroristas islamistas de Boko Haram operan en el norte y a lo largo de la frontera con Camerún. «En la Nochebuena, la aldea cristiana de Kwarangulum, en el Estado de Borno, fue atacada por yihadistas que mataron a siete personas, secuestraron a una joven e incendiaron las casas y la iglesia. Solo un día después, un grupo escindido del estado islámico publicó un video que, según sus declaraciones, muestra la ejecución de diez cristianos y un musulmán en el noreste de Nigeria. Todo esto nos aflige profundamente. Mientras nosotros celebramos la Navidad, otros lloran y temen».
El año 2019 también fue fatal para los cristianos de Burkina Faso, expuso Heine-Geldern. En algunas partes del país, los cristianos están siendo expulsados poco a poco; se han tenido que cerrar escuelas y capillas. «Según la información de que disponemos, han sido al menos siete ataques a comunidades católicas y protestantes, en las que fueron asesinados 34 cristianos, entre ellos dos sacerdotes y dos pastores protestantes. Nuestros socios en los proyectos refieren el intento de desestabilizar el país, de avivar los conflictos religiosos y de desencadenar la violencia».
La situación de los cristianos en Medio Oriente está siempre presente en el pensamiento y en la oración. En este contexto, Heine-Geldern recuerda las palabras del arzobispo de Erbil, Bashar Matti Warda, quien ha llamado repetidas veces la atención sobre el peligro y la situación de los cristianos en Irak. «La invasión del Estado Islámico es solo uno de los muchos ataques a esta comunidad de cristianos». Anteriormente, ya había habido varios «y con cada ataque disminuye dramáticamente el número de cristianos en Irak y en Siria». También la agudización de la crisis en el Líbano está agravando la situación de los cristianos en el país y al mismo tiempo, como efecto secundario, crea muchos obstáculos para la asistencia humanitaria de la población en Siria.
Pero Heine-Geldern también mira el año con gratitud: «Lo hermoso de nuestro trabajo es que, además de la cruz y el sufrimiento, también podemos experimentar muy de cerca la gran entrega y el amor de muchas personas. Por ejemplo, en Siria, un país que de hecho sigue en guerra y sufre sus consecuencias. Hemos visitado el país varias veces en los últimos años; resulta muy impresionante ver cómo todos —laicos comprometidos, religiosas, sacerdotes y obispos, apoyados por la generosidad de nuestros donantes— están haciendo todo lo posible e imposible para aliviar la necesidad espiritual y material de la gente».