Río Congo, la más joven de las diez zonas de misión del Vicariato Apostólico de Darién, se encuentra en la zona fronteriza con Colombia. Allí viven 3.500 personas, dispersas en 38 comunidades de creyentes. 18 de estas comunidades ya cuentan con su propia capilla, mientras que, en las otras 20, los fieles todavía tratan de construirse una.
La gente es muy pobre. La mayoría son pequeños campesinos que han emigrado del interior del país y que apenas llegan a fin de mes cultivando arroz y plátanos. Pero su fe es fundamental para ellos, y se han traído consigo un rico tesoro de devoción popular. La fiesta patronal es particularmente importante para ellos, y para hacer de esta ocasión un acontecimiento que fortalezca y profundice la fe, la diócesis lanzó hace algunos años una campaña de evangelización:
Después de cada fiesta patronal, un grupo de evangelizadores visita a los fieles en sus casas y les habla del Evangelio y de la fe. El trabajo de los catequistas también es indispensable, pues mantienen en pie la vida de Iglesia cuando los dos sacerdotes que están a cargo de este extenso territorio no pueden acudir.