En los últimos meses, la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN) ha recibido mensajes de ayuda de parte de miles de sacerdotes en los cinco continentes. Las medidas de seguridad y confinamiento por la pandemia del coronavirus ha obligado en muchos países a cerrar las iglesias. Esto ha dejado a muchas diócesis en una situación económica deprimente, pues no disponen del apoyo habitual de los fieles y lo poco que podían aportar antes ahora se ha convertido en nada. La Iglesia no obstante no ha frenado su labor pastoral y asistencial, ofreciendo alimentos y apoyo a los más vulnerables. Pero los sacerdotes también necesitan un sustento para sobrevivir y no abandonar a su pueblo, ACN les ofrece ayuda a través de estipendios de Misa.
“Actualmente, debido al coronavirus y las medidas tomadas por el gobierno para detener su avance, la vida de los sacerdotes en las parroquias es un poco difícil. De hecho, desde el 19 de marzo, el gobierno ha tomado medidas, incluido el cierre de mezquitas, templos e iglesias, para prevenir la propagación del virus”, escribe a ACN el obispo de la diócesis de Sahr, en Chad, y misionero español Miguel Ángel Sebastián.