Nigeria y Burundi recuerdan a sus mártires este 7 de septiembre
Nigeria y Burundi recuerdan a sus mártires este 7 de septiembre
El 7 de septiembre es una fecha trágica para la iglesia africana. Aunque son muchos los mártires y testigos de la fe en la región hoy recordamos a tres misioneras asesinadas en Burundi y un sacerdote de quien no se tiene noticias desde 2015.
Un sacerdote católico, el Rev. P. Gabriel Oyaka, quien fue secuestrado a lo largo de Lokoja-Okene Road aún no ha sido rescatado. Se dice que el clérigo fue secuestrado el 7 de septiembre de 2015 en Okene, estado de Kogi, mientras viajaba a casa para ver a su madre, poco después de su elevación a la cargo de Secretario Financiero, Superior Provincial de los Padres y Hermanos del Espíritu Santo (Noroeste, Nigeria).
El arzobispo católico metropolitano de la diócesis de Abuja, John Onaiyekan, que habló sobre el secuestro, declaró que los esfuerzos realizados para rescatar a Oyaka no tuvieron éxito. Agregó que los informantes locales reclutados para rastrear a sus secuestradores no lograron registrar ningún éxito.
Se dijo que los secuestradores de Oyaka detuvieron muchos vehículos, registraron a todos y solo lo secuestraron a él, lo que alimentó las especulaciones de que su secuestro estaba predeterminado.
La prensa de esa época daba cuenta del secuestro y lo insertaba en una seguidilla en la que varios sacerdotes fueron secuestrados o asesinados en emboscadas en las rutas.Aunque se intentó mejorar la seguridad, la ausencia de operativos en los lugares oscuros de la ruta hace que sea fácil para los secuestradores que operan.
El 8 de junio, fue secuestrado Emmanuel Akingbade, párroco de San Benito de Ido-Elkit, y liberado el 16 de junio.
El 4 de mayo fue secuestrado el padre Innocent Umor, párroco de Ikanepo, en la diócesis de Idah, en el Estado de Kogi, al centro sur de Nigeria. El sacerdote fue liberado dos días más tarde.
Mientras que el 15 de agosto, el sacerdote claretiano Dennis Osuagwu, fue asesinado en Nekede. Con el religioso claretiano ya eran 13 los agentes pastorales asesinados en 2015, entre ellos 10 sacerdotes, dos monjas y un trabajador de Cáritas.
También hoy 7 de septiembre es un día de recuerdos tristes en Burundi. En 2014 se produjo la masacre de las Misioneras de María Sor Lucia Pulici, Sor Olga Raschietti y Sor Bernadetta Bogian.
Las tres religiosas eran misioneras javerianas, institución feminina que surge en medio de la segunda guerra mundial y que proclama “el fin único y exclusivo del Instituto es el anuncio de la buena nueva del Reino de Dios a los no cristianos”. Que “nuestra misión nos exige proclamar el Reino allí donde aún no está reconocido, denunciar cuanto se opone al mismo, mostrarlo ya presente en los signos y colaborar a su venida”. Que “por nuestro carisma específico somos enviados a poblaciones y grupos humanos no cristianos, fuera de nuestro ambiente, cultura e Iglesia de origen# Y es por ellos que las mujeres, a pesar de su edad avanzada se encointraban en Burundi; Lucia Pulici de 75 años, Olga Raschietti de 83, y Bernadetta Boggian, de 79
Las tres misioneras italianas fueron asesinadas en el interior de su convento en la localidad de Kamenge, en Burundi, "parece fue un trágico intento de robo por parte de una persona con problemas mentales". El alcalde de Kamenge, Damien Baseka, dijo: «Las asesinaron salvajemente». Datos posteriores publicados por el diario "Avvenire" afirmaron que se produjeron tres detenciones en relación al caso.
A poco de conocerse el drama, el secretario de estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolín envió un telegrama al arzobispo de Bujumbura, Ngoyagoye, comunicando el dolor del santo padre Francisco, al conocer el asesinato de tres religiosas italianas que trabajaban en Burundi, indicó hoy la Sala de Prensa de la Santa Sede.
“Su Santidad, el papa Francisco -indica el texto- ha recibido con tristeza la noticia del asesinato de las tres religiosas, sor Bernardetta Bogianni, sor Lucia Pulici y sor Olga Raschietti, que desempeñaban su servicio pastoral en la parroquia de San Guido María Conforti, en Bujumbura. El Santo Padre pide al Señor que acoja en su morada de paz y de luz a estas tres religiosas fieles y entregadas. En esta trágica circunstancia expresa su cercanía a la comunidad religiosa a la que pertenecían, a las familias de las víctimas y a la entera comunidad diocesana. Como prenda de consuelo les envía de todo corazón, al igual que a todas las personas afectadas por esta brutal desaparición, una afectuosa bendición apostólica” indica el texto.
¡ACN los recuerda en oración, junto con todas los fieles actualmente en dificultad en las tierras de misión!
