Nicaragua es, después de Haití, el segundo país más pobre de Iberoamérica, y, por ese motivo, la Iglesia necesita ayuda en muchos ámbitos para cumplir su misión. En 2012 se fundó una parroquia consagrada a San Juan Pablo II en un suburbio de la ciudad de Boaco. Dos tercios del territorio de dicha parroquia pertenecen a la zona rural y en total hay catorce comunidades de creyentes. De los aproximadamente 20.000 habitantes, alrededor del 70 por ciento son católicos.
La parroquia está llena de vida. Entre semana, unos 50 creyentes participan en la Santa Misa. Los domingos se celebran tres Misas, y en cada una de ellas participan hasta 80 fieles. Además, hay numerosas actividades pastorales para niños, jóvenes y adultos. El número de fieles no deja de aumentar, también debido al crecimiento general de la población en la ciudad de Boaco.
Ahora se está construyendo en la parroquia una nueva iglesia que podrá acoger a más creyentes. El párroco, P. Miguel Angulo Rivas, que es uno de los sacerdotes más experimentados y veteranos de la Diócesis de Granada, se ofreció como voluntario para hacerse cargo de una parroquia pendiente un proyecto de construcción tan exigente, con el fin de afrontar el difícil reto de tal empresa hasta su jubilación. El P. Angulo es considerado por los demás sacerdotes y los creyentes de la diócesis un ejemplo a seguir.
Ahora la construcción está ya muy avanzada. El P. Miguel Angulo Rivas nos ha pedido ayuda para el tejado y la instalación eléctrica, para que la nueva iglesia pueda estar terminada lo antes posible. Nosotros contribuimos con $11.168.866 (13.000 euros).