hay vencedores, todos perdemos, pero también hay gente que se beneficia. Creen que vencen porque se lucran, pero también son perdedores”.
En cuanto a los motivos del conflicto, el obispo de Pemba quiere aclarar que no se trata simplemente de una guerra contra los cristianos: “Los cristianos no son el principal objetivo de los terroristas. Muchas iglesias cristianas importantes como la que mencioné, la de la misión de Nangololo, han sido quemadas. La histórica iglesia de Mocímboa da Praia y muchas capillas rurales han sido incendiadas pero también se han quemado mezquitas. Han sido asesinados catequistas, animadores de comunidades y dos religiosas fueron capturadas pero también han matado a un jefe musulmán y a otros líderes. Así que no es una guerra contra los cristianos. Los líderes religiosos de aquí en Cabo Delgado, Mozambique, mantenemos una buena relación y nunca ha habido problemas entre nosotros”. De hecho, según Mons. Lisboa, la región es rica en recursos naturales como gas, piedras preciosas, grafito y oro.
La mayor preocupación del obispo es que “este terrorismo hace sufrir a nuestro pueblo y ha postergado los sueños de muchas personas. Antes, ya padecíamos hambre en una determinada época del año, pero, desde hace tres años, mucha gente ya no cultiva el campo por lo que el hambre será aún mayor. La guerra solo tiene perdedores, pero los que más sufren son los más pobres”.
ACN también se está movilizando para ayudar a las víctimas del conflicto en Cabo Delgado. Desde el comienzo de los ataques en 2017, ACN ha contribuido a difundir lo que ocurre allí, también está ayudando de forma concreta a través de varios proyectos de ayuda de emergencia.
El 25 de noviembre, ACN iluminará de rojo al Cristo Redentor en Brasil para recordar a las víctimas de los ataques en Mozambique y mandar un mensaje de esperanza a la población: “Lo que más desea el pueblo mozambiqueño es la paz. Mozambique ya ha vivido dos guerras y aquí, en Cabo Delgado, estamos sufriendo la tercera. El pueblo está cansado, está sufriendo mucho por esta guerra. El pueblo de Cabo Delgado, Mozambique, quiere la paz, anhela la paz. Estamos agradecidos por la solidaridad mundial con nuestra situación, e iluminar al Cristo Redentor para recordar a todos nuestros muertos, no solo a los cristianos sino a todas las víctimas de esta y otras guerras, nos ayuda a combatir la indiferencia que a menudo nos invade. No debemos ser indiferentes al sufrimiento, al dolor y a la muerte de tantos hermanos y hermanas nuestros”.
A los benefactores de ACN, Mons. Lisboa les envía un mensaje de gratitud por toda la ayuda recibida:
“Doy las gracias de todo corazón a todos los benefactores y benefactoras de ACN. Nosotros, como diócesis de Pemba, incluso antes de la guerra y antes del ciclón Kenneth ya recibíamos el apoyo de ACN, que nos ha ayudado en la formación de los futuros sacerdotes, en el apoyo a la espiritualidad y la formación de sacerdotes y religiosas y nos ha ayudado con vehículos para nuestros misioneros. En este momento de emergencia, debido a la guerra, ya ha aprobado proyectos de ayuda de emergencia. Así que muchas gracias. Que Dios bendiga profundamente a cada persona que colabora con esta auténtica obra misionera. Muchas gracias, que Dios los bendiga”.