Miles de jóvenes cristianos voluntarios están en terreno en Beirut, entregando ayuda de emergencia, luego de la explosión que arrasó el corazón de la capital libanesa.
Con la apertura de escuelas, conventos y parroquias como centros de refugio tras la explosión del martes (4 de agosto), Monseñor Toufic Bou-Hadir, director de la Comisión Patriarcal Maronita para la Juventud, describió cómo
equipos de jóvenes están limpiando los escombros y entregando ayuda urgente, como medicamentos, ropa, mantas y alimentos.
El sacerdote destacó la "asombrosa" respuesta de los jóvenes a lo que denominó "un apocalipsis" en el que 300.000 familias perdieron su hogar.
Hizo sus comentarios en una entrevista con Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN), fundación que está proporcionando alimentos a 5.000 familias afectadas por la explosión.
Mons. Bou-Hadir destacó la terrible experiencia de las personas que buscan desesperadamente noticias de sus seres queridos desaparecidos y el trauma de tratar de identificar a los muertos en una morgue improvisada.