carácter cristiano, es muy necesario en Beirut. Muchos pacientes eligen venir aquí porque saben que se les va a tratar atendiendo sus valores éticos”, explica el anestesista todavía vestido con su bata verde.
El hospital de las Hermanas del Rosario, ubicado en el noroeste de Beirut en una zona densamente poblada, atendía a muchas familias afectadas por la crisis económica, “a veces no pueden pagar, así que les digo que paguen la mitad, que a veces tampoco es posible, así que les digo que pagen lo que puedan o en partes” explica sor Nicolas. “El hospital era la perla de Beirut y nuestra capilla es la perla del hospital. Allí acudía el personal – 80 médicos y 92 enfermeras - los pacientes y los familiares que deseaban recargar fuerzas, buscar consuelo y recuperar esperanzas.”
En estos momentos, sólo dos plantas del hospital siguen funcionando, han logrado reparar uno de los ascensores para que puedan llevar a los pacientes hasta la sala de operaciones y los test del COVID. Sor Clotilde, directora del personal de enfermería, nos cuenta que muchas de las enfermeras están traumatizadas, algunas resultaron heridas y Jacqueline, una enfermera de 60 años, falleció en la explosión. A la entrada del hospital está su retrato, ante el que arde una vela que le acompaña en las oraciones.
Las hermanas están acostumbradas a momentos difíciles. Demasiado presente tienen la experiencia durante la última guerra civil. “Debido a nuestra ubicación entre zonas de diferentes religiones, nuestro hospital fue el refugio de todos los pacientes sin discriminación alguna. Las hermanas dieron todo su tiempo y el cariño para la curación, incluso en los momentos más difíciles cuando no había pan o comida disponible durante un período de meses”.
Las hermanas están recogiendo donativos de instituciones y gobiernos para volver a reconstruir el hospital. La fundación Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN) ha prometido ayuda para reparar el convento de las hermanas. Sor Nicolas envía un mensaje a los benefactores de ACN:
“Sé que Dios está con nosotros, lo veo en las manos de tantos que no nos van a dejar solos, con vuestra ayuda podremos seguir nuestra labor y volver a empezar. Tenemos que resurgir de las ruinas. La Virgen del Santo Rosario nos guía en nuestra labor.”