La parroquia católica de la Transfiguración del Señor de la ciudad de Tomsk, en Siberia occidental, cuenta con una comunidad viva. Los domingos, 350 creyentes asisten a la Santa Misa y, a diferencia de otros muchos lugares, no son principalmente mujeres y niños los que acuden a la iglesia, sino también muchos hombres.
Además, cada domingo, entre cinco y seis grupos de niños y jóvenes y dos grupos de adultos se reúnen para la catequesis. Hay un instituto de bachillerato católico (una de las dos únicas escuelas católicas en Rusia), y Cáritas apoya activamente a las familias necesitadas.
La parroquia es también hogar de estudiantes extranjeros provenientes, por ejemplo, de Vietnam, Italia o Polonia, que estudian en Omsk, una ciudad de más de un millón de habitantes. Las relaciones con la Iglesia Ruso-Ortodoxa también son vivas y amistosas: cada año, católicos y ortodoxos organizan juntos un campamento de verano, y durante todo el año hay muchas reuniones y actividades conjuntas. El coro de la iglesia parroquial también es conocido por los amantes de la música de toda la región.