Según el P. Francisco Danízio Silva, ecónomo local, la diócesis de Itapipoca está necesitada y atraviesa un momento muy delicado: “Sufrimos muchas dificultades. Mencionaré dos de ellas: La primera es el contacto con la gente; nuestro pueblo nos necesita mucho, necesita nuestra oración, nuestra compañía, nuestros consejos, pero debido a la pandemia este contacto físico se ve perjudicado. Otro punto es la cuestión financiera: nuestros recursos han disminuido mucho, pues el diezmo se ha reducido en cerca del 60 por ciento. Ya no recibimos ofrendas, porque no hay misas públicas. Así que la situación es bien complicada, pues los recursos que teníamos se han agotado”, explica.
La angustia de no poder estar presente en la vida de los creyentes
“En este período no es posible hablar personalmente con nuestros fieles que se encuentran muy angustiados. Les estamos ayudando con alguna orientación a través de las redes sociales, como WhatsApp, Facebook o YouTube”, cuenta el P. Danízio. La diócesis tiene dos emisoras de radio que también utiliza para estar más cerca de la gente. “Adoptamos este medio para protegernos a nosotros mismos y a nuestros fieles”, dice. Si necesitan salir o prestar alguna asistencia de emergencia, los sacerdotes usan mascarillas protectoras.
En cuanto a la ayuda a la gente, en ciertas parroquias los sacerdotes lograron con una campaña al inicio de la pandemia reunir recursos para preparar cestas con productos básicos que se distribuyeron entre los más necesitados. “Últimamente hemos realizado muchos esfuerzos por recaudar fondos, pero ahora es muy difícil porque la gente se está quedando sin recursos”, explica el sacerdote. Algunas parroquias han decidido, a través de la pastoral familiar, distribuir una comida cada noche entre la gente que más lo necesita. Sin embargo, los recursos para esta acción también se están agotando.